jueves, 11 de noviembre de 2010

La Policía marroquí busca casa por casa a los líderes de la protesta saharauis


 
EL MUNDO  Ana del Barrio | 10/11/2010
 
Silencio. Un tenso silencio ha recorrido como la pólvora encendida las calles de El Aaiún durante la pasada noche. Tras el toque de queda impuesto a partir de las 10.00 horas de la noche por el wali (gobernador) de la ciudad, Mohamed Guelmouss, nadie se atreve a moverse.
 
"Tras la caída del sol, cualquier saharaui que sale de casa es detenido", explica a través del hilo teléfonico Isabel Terraza, una de los tres españoles que permanecen en la capital del Sáhara Occidental, aislada por tierra, mar y aire.
 
Tras el cerrojo informativo impuesto por Marruecos, que impide a los periodistas la entrada en la antigua colonia española, la voz de Isabel, miembro de la Asociación Resistencia Saharaui, es uno de los escasos testimonios para poder saber lo que pasa realmente en El Aaiún.
 
Recluida en una vivienda desde el día del desalojo del campamento de 'Gdeim Izik', Isabel tiene miedo y no lo oculta. La Policía marroquí está peinando la ciudad y buscando casa por casa a los cabecillas del campamento de protesta y ella opina que los españoles están en la lista de los perseguidos.
 
" La Policía está buscando a los cabecillas que participaron en el campamento y a los activistas de Derechos Humanos. Están entrando en las casas e interrogando a la gente. Los españoles estamos en una situación de riesgo porque estamos siendo muy molestos para el Gobierno marroquí", asegura Isabel.
 
Ayer por la tarde prosiguieron los enfrentamientos entre las Fuerzas del Orden marroquí y la población saharaui, que continúa montando barricadas. Los que salen a la calle son mujeres, ancianos y niños, mientras que los activistas más destacados permanecen escondidos.
 
Desde las Asociaciones de Derechos Humanos aseguran que el número de víctimas tras el desmantelamiento del campamento es mucho mayor del que se está diciendo. "Cada vez se están descubriendo nuevos cadáveres en el campamento, tirados en el río o trasladados en camiones. Creemos que hay niños muertos de 3 y 7 años. Ha sido una masacre. Marruecos está escondiendo los cadáveres para ganar tiempo, pero no los va a poder esconder todo el tiempo", explica desde la Asociación Sáhara Thawra.
 
El conflicto se desató el pasado lunes cuando el Ejército marroquí desmanteló por la fuerza el campamento de protesta de 'Gdeim Izik' en el que unos 25.000 saharauis que vivían en 7.500 jaimas para demandar una mejora de sus condiciones de vida. Tras el desalojo, la población saharaui salió a la calle para protestar y protagonizó duros enfrentamientos con el Ejército marroquí.
 
El campamento saharaui se levantó hace más de tres semanas. Sus reivindicaciones eran socioeconómicas, aunque muchos de sus habitantes no escondían sus vínculos con la causa saharaui. Hasta el lunes, el momento de máxima tensión se produjo el pasado 24 de octubre cuando un joven saharaui, de 14 años, murió a tiros del Ejército marroquí cuando intentaba acceder al campamento.
 
El del lunes sería el incidente más grave en el Sáhara Occidental, antigua colonia española, desde la Intifada de 2005 y después de que en septiembre de 1991 terminasen los combates entre Marruecos y el Frente Polisario y se decretase el alto el fuego.
 

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