martes, 28 de diciembre de 2010

TRINIDAD Y SU INESTABILIDAD POLITICA COMO SU PARTIDO



Entrevista a Trinidad Jiménez. Su estreno al frente de Exteriores ha coincidido con las crisis con Rabat y el 'caso Wikileaks'

PUBLICO  CAROLINA MARTÍN Madrid 26/12/2010

Ha cumplido dos meses al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores y ha tenido que "gestionar asuntos extremadamente sensibles para la opinión pública", según sus propias palabras, pero Trinidad Jiménez (Málaga, 1962) afirma estar ilusionada como el primer día. Ni la crisis con Marruecos, ni los papeles de Wikileaks o las críticas que le han llovido le apartan de su objetivo: "Defender los intereses de España en el exterior".

(...)

- Los informes de las organizaciones internacionales han confirmado la violencia ejercida por las fuerzas marroquíes en los sucesos de El Aaiún. ¿Es hora de que el Gobierno condene a Marruecos?

Amnistía Internacional y Human Rights Watch han puesto de manifiesto la violencia excesiva empleada por las dos partes en el desmantelamiento del campamento, no sólo de las fuerzas marroquíes, y hacen referencia de forma específica a la violencia premeditada de grupos violentos en el lado saharaui. Todos conocemos el resultado de once policías marroquíes muertos. En este sentido, España, el Gobierno, el Congreso y el Senado condenamos la violencia que se había producido en torno a todos los sucesos.

- Parece que la opinión pública esperaba un pronunciamiento del Ejecutivo.

El Gobierno se ha pronunciado ya en múltiples ocasiones. Desde el primer momento lamentamos el uso de la violencia de manera contundente y clara. Ahora pienso en lo ocurrido, en lo que se me pedía al principio, y reivindico la prudencia con la que me manifesté y con la que me sigo pronunciando. Tengo claro cuál es mi función y mi responsabilidad como ministra, que no es dejarme llevar por lo que la opinión pública o los medios quieren, sino por mis obligaciones: no precipitarme a la hora de valorar unos acontecimientos, esperar las investigaciones independientes y contrastar los hechos. Una vez conocidos, hemos podido comprobar cuál es la situación. Hay una gran distancia entre la situación de la que se hablaba en un inicio y lo que realmente ocurrió, verificado por organizaciones de derechos humanos.

- ¿Ha abandonado este Gobierno a los saharauis?

España dejó de ser potencia administradora en 1975. Hay que hacer entender a la gente que este es un asunto con una dimensión internacional. España forma parte del Grupo de Amigos del Sáhara y como ex potencia administradora tiene una responsabilidad. Por eso, desde el primer momento hemos estado al lado de las partes para ayudarlas a encontrar una solución en el marco de Naciones Unidas, pero España no es parte del conflicto y no puede tomar una decisión. Y, permítame que le diga, España siempre ha sido solidaria con el pueblo saharaui, primero con la población. Este país es el primer donante en los campamentos de Tinduf. Hemos pasado de enviar cinco millones de euros a 22 millones en cinco años.

- Y entonces, ¿por qué la percepción es la contraria?

La actitud desproporcionada que se mantuvo en un principio, cuando no se sabía lo que había ocurrido en el campamento, hace necesaria una reflexión sobre cómo se analizan los hechos. No sólo del Gobierno, sino de todo el mundo. Ahora me alegro de no haberme dejado llevar por la especulación, porque los informes de los organismos independientes reparten la responsabilidad sobre la violencia en las dos partes.

- Pero España está más ligada al pueblo saharaui.

Muchos saharauis tienen la nacionalidad española y es verdad que hay muchos vínculos afectivos con la población. Yo misma siempre he defendido al pueblo saharaui. Pero eso no significa que condenemos a Marruecos, sin tener en cuenta la violencia que se ha ejercido también sobre la policía marroquí. Yo me siento también muy cerca del pueblo de Marruecos. No sólo son nuestros vecinos, sino que también tenemos unos lazos culturales y afectivos. Creo que hay una actitud absolutamente desproporcionada en este proceso.

- Las últimas conversaciones entre Marruecos y el Frente Polisario han terminado sin avances. ¿Cree que el conflicto se puede superar con el acuerdo de ambas partes?

El que las negociaciones no hayan avanzado en estas últimas conversaciones no significa que no sirvan. Es que llevan más de 30 años de conflicto y, por tanto, mientras se mantengan las conversaciones hay esperanza de lograr un acuerdo. Yo creo que ambas partes deben tratar de ponerse en la piel del otro y buscar una solución realista. También deberían participar en el proceso Argelia, Mauritania y el grupo de amigos.

- Según los papeles filtrados por Wikileaks, el Gobierno era más partidario de una solución autonómica dentro de Marruecos para el Sáhara Occidental.

Hago una aclaración, de carácter previo, para los temas de los papeles filtrados. Son informaciones de una parte basadas en percepciones e impresiones. Me parece una auténtica temeridad decir que esa es la posición de España. No voy a entrar a rebatir todo lo que se ha dicho en esas informaciones, pero sí quiero recalcar cuál es la posición de España. La mejor solución será la que sea fruto del acuerdo entre las partes y no hemos mostrado nuestras preferencias. Podíamos hacerlo legítimamente y no lo hemos hecho.

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